martes, 17 de julio de 2007

EMMA


Días de encuentros,días tranquilos,días de familia,días de sorpresas,días hermosos...
Se irán contando,hoy es para ella.
Gran mujer,grande Siñora!!
Caminaba cuesta arriba con la cabeza cubierta y cabizbaja,soportando un fuerte viento de cara,tiraba de un carrito más pesado que su frágil cuerpo,pero con la tenacidad y resistencia de las personas que tienen muy claro donde está su horizonte.El brusco cambio de tiempo le pilló en tierra de nadie,justo en la mitad de la subida al alto.Este lugar es por todos conocido por su peligrosidad debido al continuo paso de coches y camiones,ahora en obras y sin arcén...puf
Le pasé con la boca abierta llena de desconcierto y sorpresa,alucinando en forma de interrogantes.Unos kms más adelante di la vuelta,algo intuí,la siñora...la siñora...
Al regreso había cruzado la carretera,cosa dificilísima,intentaba refugiarse trás las obras y en uno de los pocos sitios donde el coche podía parar,allí coincidimos al unísono.La sorpresa fue mayor al ver que aún era más vieja de lo imaginado,nos dijimos unas palabras ininteligibles para cada uno,sin embargo no daba lugar a dudas,ella necesitaba ayuda...
Ya en el coche,más tranquilos sin el ruido del viento y del tráfico, comenzamos a comunicarnos.Caminaba hacía el siguiente pueblo,a unos 4kms,con intención de pedir alojamiento en alguna iglesia,y como pasábamos en frente del camping le propuse si quería dormir en casa,accedió...afortunado de mi...
Emma,gran Siñora,mujer de 83 años,nacida en el norte de Italia,sin familia alguna,soltera,enfermera de por vida y ahora gran viajera.Venía andando desde Lourdes,no sé si allá llego andando desde Italia,se dirigía a Compostela y de allí a Portugal(Fátima).Para ello recorría todos los días 30kms,levantandose a las 6 de la mañana y terminando su jornada después de recorrer esos 30kms.Acompañada de una maleta con ruedas más pesada que su propio cuerpo y lo más cojonudo...casi,casi sin comer,no más que fruta,queso,pan,chocolate y mucha agua.También estoy casi seguro que viajaba con poquísima plata,pero con una determinación y confianza de mil pares de cojones.
Me dio una gran lección y sobre todo la confirmación, más allá de las palabras y de las letras,del poder de la voluntad y de la resistencia del cuerpo humano cuando lo acompaña unas enormes ganas de vivir.
Nos despedimos agarrandonos de las manos,ella haciendo promesa de rezar por mi y por mis niñas en Fátima y yo, con una sonrisa llena de admiración...
Buen viaje!!